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31 marzo 2010

EL DÍA DE MAÑANA QUE NO LLEGA

Pues eso parece, para alivio de científicos y accionistas inmobiliarios parece confirmado que el escenario catastrofista recreado en la película "El dia de mañana" del director Roland Emmerich no se está produciendo. Ya saben la peli esa en la que de la noche a la mañana entramos en una nueva era glacial, se hiela todo de repente a menos chorrocientos grados, y los lobos en un par de días invaden el nuevo mundo en busca de modernas caperucitas. Pues ese escenario, o al menos la pequeña parte creíble que contenía es el que se ha descartado. No crean hasta hace bien poco los datos indicaban que se estaba comenzando el cambio climático que nos llevaría a una nueva edad de hielo, que por cierto, orbitalmente hablando, ya nos toca.



Me explico, como saben el hecho de que en gran parte de Europa disfrutemos de un clima mucho más benigno se debe a la influencia tropical de la Corriente cálida del Golfo y a los vientos que sobre ella se generan y recorren nuestro continente, algo que explique en mi anterior post. La latitud a la que sentimos sus efectos es algo que cambia más o menos cíclicamente de acuerdo al índice NAO, pero han existido épocas en la que su influencia ha sido nula. La causa ha sido que la "cinta transportadora" que la genera ha desaparecido o se ha debilitado en demasía. Esta cinta funciona así, en aguas del Caribe se genera una capa superficial de agua cálida y poco densa que fluye en superficie hacia Europa, durante el camino la evaporación hace aumentar levemente la salinidad, pero al alcanzar latitudes polares se enfría repentinamente aumenta más su densidad y en consecuencia se hunde en una auténtica cascada submarina hacia los fondos oceánicos. A esta profundidad retorna hacia el caribe nuevamente donde por advención asciende y se calienta de nuevo. Forma así un bucle ininterrumpido con dos motores el Caribe que calienta y el Ártico que enfría y hunde. En realidad es bastante más complicado, el camino de retorno es mucho más laberíntico y alcanza varios oceános, la Antartida, y otros lares pero para no complicar en demasía prefiero no entrar en detalles.


La zona de hundimiento de estas aguas, ha variado a lo largo de la historia reciente del Cuaternario. Por lo normal (nuestro normal) éste ocurre a la altura Oceáno Ártico, pero diversos cambios climáticos como los provocados por los ciclos orbitales o de Milankovicht influyen el calentamiento diferencial de ambos extremos de la cinta y pueden hacer que el hundimiento ocurra bastante antes y Europa quede al margen de este influjo cálido. Es entonces cuando los glaciares avanzan sobre el viejo contiente hasta latitudes meridionales. Estos episodios se conocen como "edades de hielo" y como muchos de uds. saben han ocurrido cíclicamente a lo largo de los últimos 400.000 años y mucho más atrás. De hecho si atendemos a la duración de los estadíos climáticos lo normal es una europa helada, los periodos interglaciares cálidos como el que nos encontramos actualmente son poco duraderos a escala geológica. Esto es algo bien conocido, lo que llamó realmente la atencion a los investigadores es el análisis de la variaciones en la zona de hundimiento, que habitualmente se produce en los Mares Nórdicos y en los mares meridionales que circundan la Antártida, particularmente en el mar de Wedell. Las variaciones en la localización de la zona de hundimiento es algo que ha quedado bien marcado en el registro geológico de los fondos marinos gracias a la lluvia de derrubios glaciares que los icebergs ocasionan al derretirse. Estas variaciones evidenciaron que se habian producido cortes y retrocesos en la "cinta transportadora" en la escala de sólo decenas de años. Un instante en la escala geológica y que los guionistas del "día de mañana" tomaron al pie de la letra. Se barajaron diversas hipótesis, influencias volcánicas, aumentos en la descarga de agua dulce superficial de los grandes rios rusos (Lena,Yansen,...) o fenómenos violentos como la descarga repentina de un gran lago glacial, el lago Agassiz formado durante la desglaciación del manto Laurentino en Norteamerica. En cualquier caso la cinta transportadora parecía disponer de una especie de interruptor que la desconectaba de tiempo en tiempo.

Hace cinco años en un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Nature, un análisis de las variaciones de salinidad y temperatura registradas a bordo de campañas oceanográficas durante el periodo 1957-2004 sugería un descenso del 30% en el flujo de la cinta más allá de los 26ºN. En el "clima" actual de catástrofe climática, se planteó la posibilidad de que el calentamiento global de los últimos años pudiera ser uno de los resortes de dicho interruptor.
Sin embargo los nuevos datos publicados publicados en Geophysical Research Letters y procedentes de mediciones centimétricas a través de imágenes satélite y boyas de deriva submarinas indican que nada de eso ha ocurrido.

Bueno al menos por una vez falsa alarma, si es que con estos científicos no gana uno para sustos....

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